El Amaru

Mito referido al origen del Valle del Mantaro

Según cuentan los taitas (los abuelos), porque así les contaron a ellos, en los oscuros tiempos inmemoriales, toda la región del Huancamayo - antiguo nombre del río Mantaro - era una inmensa laguna habitada por monstruos. El hombre no había sido creado todavía.

Entonces el dios Con Ticsi Viracocha ordenó al Tulumanya (Arco iris) engendrar al Amaru. El Tulumanya puso un pie sobre una orilla y el otro sobre el lado opuesto. En las quietas aguas miró complacido su cuerpo de siete colores, se rasgó el pecho y nació una serpiente alada que cayó con gran estrépito.

En la gran extensión plateada el rey moonstruo se paseaba solitario. El Tulumanya pensó que eso no era bueno, entonces creó otro Amaru, de color más oscuro para diferenciarlos. 

Pero sucedió que desde ese instante no hubo tranquilidad. Los dos monstuos gigantes se disputaban la supremacía del lago. Cada uno quería reinar sobre el otro.

Para castigar la soberbia de los seres, el dios Con Ticsi Viracocha descargó una tempestad cuyos rayos mataron a ambos monstruos. Los Amarus cayeron deshechos sobre el lago.

Debido a las conmociones, las contenciones de la parte sur se rompieron y las aguas corrieron torrentosamente. Sólo en Paca y en Ñahuinpuquio quedaron residuos del gran lago. entonces, el río Huancamayo empezó sus sereno cause de norte a sur y se formó el valle. La paz reinó en todos los ámbitos. Germinaron las plantas y aparecieron los animales. La vida floreció en miles de colores.

Referencia: Lecturas Huancas: Antología, Benjamín Gutierrez Verástegui, 1977.

(Diego Avilés Durand)

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