Jauja
Capital de provincia: Jauja
Altitud: 3352 m.s.n.m.
Clima:
Variado de acuerdo a las estaciones: Seco y templado, con temperaturas que varían entre los 18º C a 0º C. Temporada de lluvias entre los meses de noviembre a marzo. Temporada donde el frío es más intenso (heladas) entre los meses de mayo a julio. Se dice que Jauja posee uno de los climas más benignos del planeta, que muchas personas llegan a la Provincia de Jauja por prescripción médica para curarse de la tuberculosis.
Población: 30.200 habitantes
Extensión territorial: 749,19 Km²
Distritos: (34)
Jauja Leonor Ordóñez (Huancani) Parco
Acolla Llocllapampa Pomacancha
Apata Marco Ricrán
Ataura Masma San Lorenzo
Canchayllo Masma Chicche San Pedro de Chunán
Curicaca Molinos Sausa
El Mantaro Monobamba Sincos
Huamalí Muqui Tunan Marca
Huaripampa Muquiyauyo Yauli
Huertas Paca Yauyos
Janjaillo Paccha
Julcán Pancán
Reseña histórica:
Jauja, la primera capital del Perú, fundada el 25 de abril de 1534 por Francisco Pizarro como capital de la Gobernación de Nueva Castilla.
“…la expresión ‘Esto es Jauja’, que persiste en nuestros día y se aplica cuando en un lugar la riqueza está al alcance de la mano y la vida es fácil y sin restricciones…". referencia tomada de http://www.munijauja.gob.pe/portal/index.php?option=com_content&view=art..., dirección del portal de la Municipalidad Provincial de Jauja. La historia de Jauja contada por jaujinos, orgullosos de su legado histórico.
Para brindar facilidad a nuestros usuarios, en seguida transcribiremos el contenido de la dirección electrónica señalada.
RESEÑA HISTORICA
Ubicada en la cabecera norte del Valle del Mantaro, la actual localización de Jauja acogió en su momento varias expresiones culturales preincaicas. Incluso durante el Imperio inca existían agrupamientos de indígenas huancas. Durante el incanato se estableció el poblado de Hatun. Uno de los episodios más notables que la tradición oral ha rescatado, fue la masacre que el Inca Pachacútec infligió a los huancas de la zona que se levantaron contra el imperio. La tradición señala que el inca ordenó la mutilación de las dos manos a todos los varones y la mutilación de la mano derecha a todas las mujeres. Ese episodio tuvo lugar en la pampa de Maquinhuayo, a escasos cinco kilómetros al sur de la actual ciudad de Jauja.
Durante el viaje de los conquistadores hacia la ciudad del Cuzco, Francisco Pizarro decidió la conveniencia de fundar una ciudad que sirviera como cabecera o capital de los territorios que estaba descubriendo. De esa manera, el 25 de abril de 1534, Pizarro funda la ciudad aprovechando el amplio valle en el que se ubicaba (el más ancho de toda la Cordillera Andina. La fundación se realizó bajo el nombre de "Santa Fe de Hatun Xauxa" utilizando la denominación quechua que los incas otorgaron a la localidad.
En cuanto al origen del nombre, a pesar de que las raíces etimológicas de la palabra "Jauja" se suelen buscar en vocablos quechuas o aymaras, es más que probable que simplemente se adoptara ese nombre en recuerdo y homenaje a la ciudad española de Jauja, como sucedió con tantos otros topónimos en el proceso de colonización. No debe olvidarse que en castellano antiguo Jauja se escribía "Xauxa" porque la letra X se pronunciaba como una "J" débil, como aún sucede en México. La ciudad española de ese nombre fue fundada por los árabes en el siglo XII sobre poblados mucho más antiguos. En lengua árabe la palabra jauja se puede traducir como pasillo, pasadizo o portillo.
Durante el año 1534 Pizarro y su tropa hicieron una prolongada etapa en el valle de Jauja antes de marchar hacia el Cusco, para esa época Jauja con su ameno clima era sede de enormes tampu o tambos (depósitos) en donde los incas habían acumulado enormes cantidades de alimentos, vestimentas y riquezas varias que permitieron a los españoles vivir holgadamente durante meses. Precisamente, esta abundancia fue probablemente lo que les hizo recordar a la española Jauja, en la cual, según relata con exageración Lope de Rueda, las calles estaban empedradas con piñones y por ellas corrían arroyos de leche y de miel. Así se asentó la legendaria magnificencia del valle del Mantaro, y más en concreto del País de Jauja.
Los españoles establecieron la ciudad como la primera capital del Virreinato del Perú aunque luego, con la fundación de la ciudad de Lima, se mudó la capital a dicha localidad para aprovechar la cercanía al puerto (actual puerto de El Callao). Esto debido a la importancia que tenía para los conquistadores la comunicación marítima con la metrópoli.
Durante la colonia, Jauja pasó a formar un corregimiento dependiente de la intendencia de Tarma, que era la principal ciudad de la zona. Posteriormente fue el pueblo de Huancayo que fue tomando importancia. Durante esta época, Jauja fue reconocida por su clima seco, especialmente beneficioso, según la medicina de la época, para los enfermos de las vías respiratorias y tuberculosis. El hospital de Jauja acogió a muchos residentes españoles que venían desde la capital e incluso la misma metrópolis para atenderse en la ciudad.
La riqueza que trajeron estos vecinos hizo que Jauja tomara nuevamente renombre y se reforzara la leyenda del "país de Jauja" donde se afirmaba que de los ríos manaban leche y de los árboles, buñuelos. De hecho, se hizo popular la expresión "Esto es Jauja", que persiste en nuestros días y se aplica cuando en un lugar la riqueza está al alcance de la mano y la vida es fácil y sin restricciones.
Para complementar la referencia histórica de la provincia de Jauja, es preciso anotar:
Durante la lucha por la independencia del Perú, Jauja formó (conjuntamente con los poblados del Valle del Mantaro) parte de la decisiva intervención en pro de la independencia, muchos valeroso jaujinos sacrificaron y ofrendaron su vida y la de sus familias por la causa patriota, entre ellos el ilustre hijo de Jauja y prócer de la independencia Alejo Martínez Lira a quién, el decidir intervenir con vehemencia en procura de la Independencia Nacional, le costó la cruel represalia del español Ricafort, quien ordenó el fusilamiento de la familia del prócer Alejo Martínez.
En la infausta guerra con Chile, la guerra del Pacífico, nuevamente Jauja y todos los poblados del Valle del Mantaro ponen su cuota de vidas en defensa de la patria.
En Huaripampa, Jauja, el párroco Don Buenaventura Mendoza, se convirtió no solo en agitador, también en Jefe Guerrillero. La partida de Buenaventura Mendoza hostilizaba y causaba bajas a los invasores, por lo que su nombre entró en la prioridad punitiva de los chilenos, dirigiendo sus fuerzas hacia Huaripampa. El párroco Buenaventura Mendoza organiza la defensa. El 22 de abril de 1882, los chilenos atacaron el poblado y con intenso fuego de artillería diezmaron a los guerrilleros de la resistencia, los pocos jinetes capitaneados por el valiente sacerdote también fueron exterminados. En situación bastante precaria, el heroico sacerdote y los pocos efectivos que quedaban no se amilanaron y resistieron por más de tres horas el intenso ataque de las fuerzas invasoras. Buenaventura de Mendoza fue cercado, capturado y torturado. El héroe no profería quejido alguno, los chilenos le exigían dar vivas a Chile, como respuesta recibieron un contundente ¡VIVA EL PERÚ!, siendo estas sus últimas palabras.Fue asesinado en el acto.
A su llegada a Jauja, el Mariscal Andrés Avelino Cáceres reorganiza la resistencia, logrando conformar un ejército de 1800 efectivos en su mayoría armados con hondas, piedras y herramientas de uso doméstico y agrícola, para hacer frente a un ejército invasor chileno bien pertrechado y con armas de artillería y fusiles modernos para la época. Jauja fue parte del escenario de la Campaña de la Breña que consiguió derrotar y expulsar al ejército chileno de esta parte central del país.
Es en la Gesta de Malpaso es donde los bravos Xauxas sacan a relucir su valor y espíritu guerrero, derrotando a los chilenos, pese a la desventaja en armamento y en número de efectivos, sumando a las otras decisivas victorias que lograban las poblaciones del Valle del Mantaro sobre el ejército invasor.
Es una huaripampeada, es una expresión para refererirse a un ardid o engaño, tiene su origen a consecuencia de una hábil estrategia militar del Mariscal Andrés Avelino Cáceres en Huaripampa. Siendo expulsados de la zona central del país, los chilenos imponen un gobierno títere al Perú, nombrando presidente provisorio a Miguel Iglesias e imponiéndonos el humillante tratado de Ancón. El Mariscal Cáceres, quién contaba con un ejército de 2000 hombres mal armados, rechaza el tratado y desconoce el gobierno de Iglesias. El presidente Iglesias pone precio a la cabeza de Cáceres, 3000 Soles de 9 décimos de plata, y envía hacia el Valle del Mantaro a 6000 soldados al mando del coronel Gregorio Relayze para sofocar la rebelión cacerista que contaba con la participación y apoyo de la población de Jauja y el Valle del Mantaro, reforzando en número de efectivos al ejército de Cáceres.
El genio e ingenio militar de Cáceres, nuevamente salió a relucir. Seleccionó a un número reducido de efectivos para que trabaran con las fuerzas de Iglesias un enfrentamiento dilatorio del cual deberían retirarse aparentando una derrota.
En efecto, el 15 de noviembre de 1885 ambos ejércitos se avistan. Las fuerzas designadas por Cáceres para el enfrentamiento dilatorio se posicionan en el cerro Quinllú (Huaripampa) y los gobiernistas en las alturas de Shushunya (Sausa). Ambos bandos rompen fuegos a las 12 horas, luego de una hora de refriega de disparos y cañoneos los caceristas inician la retirada. Relayze creyendo haber derrotado a Cáceres informa a Lima, por telégrafo, la victoria de las fuerzas del gobierno y marcha hacia Huancayo.
Lo que ignoraba Relayza es que previamente los caceristas habían derribado el puente colgante que se ubicaba en el paraje Siclachaca, entre Muquiyauyo y Huaripampa, quedando el grueso de las fuerzas de Cáceres en Huaripampa, a la margen derecha del río Mantaro, y desde allí, por la ruta de Mito, Aco, Consac e Ipas, se encaminaban hacia Yauli – La Oroya.
Cuentan que la travesía se vio dificultada por la rudeza del clima, un día de nevada (tormenta de nieve) al caer la tarde, Cáceres ordena descanso para tomar los alimentos y luego dormir. El Mariscal y sus efectivos, ante la tormenta y el rigor del frío, se cubrieron como mejor pudieron, con capas y ponchos, para dormir. Al día siguiente al despertar, Cáceres se sobresaltó al no ver a sus soldados, sólo divisaba la interminable superficie del terreno cubierto de nieve, despierta a su asistente y pregunta por sus soldados, ordena a su corneta a tocar diana; al toque de diana toda la superficie del terreno se comenzó a alterar y de entre la nieve emergían sus leales y valientes soldados.
Venciendo las adversidades de la naturaleza y superando los ásperos caminos Cáceres y su ejército llegan a la Oroya, sorprendiendo a la guarnición gobiernista que defendía ese centro ferroviario, cortaron los puentes sobre el río Mantaro y las vías de comunicación hacia Lima. Relayze y su ejército quedaron aislados en el Valle del Mantaro, sin poder salir del Departamento de Junín.
Un destacamento cacerista al mando del Capitán José Gálvez Moreno, captura en Chicla un tren cargado de armas, municiones, uniformes y alimentos, destinados para el ejército gobiernista. Cáceres tomó todo, sus soldados se alimentaron, se armaron y se pusieron el uniforme de las tropas de Iglesias, en el mismo tren se transportaron hacia Lima.
Cuando en Lima se tenía la certeza y se comentaba la derrota de Cáceres, este hizo su ingreso, a la ciudad el 28 de noviembre de 1885, la población reconociéndolo lo recibió con entusiasmo, por su parte Iglesias creía que eran sus soldados, ¡ingrata sorpresa!, no eran de los suyos. Luego de algunos días de refriegas en las que Cáceres recibía el apoyo de la población, Miguel Iglesias capitula y entrega el poder a un Consejo de Ministros presidido por Antonio Arenas, quien convoca a elecciones, siendo elegido Presidente del Perú, “El Brujo de los Andes” el Mariscal Andrés Avelino Cáceres. Esa es la historia y el origen de huaripampear. Es parte de la reseña histórica de Jauja.