Plaza de Armas de Vitoc
Se ubica en el distrito de Vítoc.
La Plaza de Armas del distrito de Vítoc muestra un monumento conmemorando el encuentro de dos culturas, se puede observar la imagen de un misionero franciscano y un nativo, expresando el encuentro de dos mundos y el inicio de la conquista espiritual de parte de los misioneros franciscanos, iniciando desde este punto su penetración a la selva central.
La Plaza de Armas se encuentra en la margen izquierda del río Tulumayo, arborizada, con jardines, cómodas bancas y con intensa iluminación en las noches; fue construida el año 1998 con una mezcla de cemento y agregado extraído del río Tulumayo, tiene un estilo andino sugerido por los lugareños. El monumento antes mencionado tiene como base una estructura de cemento revestido con los colores caraterísticos del plomo y zinc, expresando así el potencial minero con que cuenta este distrito explotado por la Compañía Minera San Ignacio de Morococha.
Esta Plaza de Armas tiene 2500 m2, encontrándose en su entorno la Iglesia Matriz, la sede de Municipio Distrital, la Posta Médica, la sede de la Gobernación, casas comerciales y viviendas, y a escasos metros el río Tulumayo. Antiguamente era un lugar a donde semanalmente llegaban los comerciantes para ofertar sus productos, convirtiéndose posteriormente en un campo ferial; es así como fue constituyéndose en un punto de reunión para los habitantes de este distrito, hasta donde arribaban los productores y comerciantes de diversos lugares. Es así que Vítoc se establece como centro poblado y al convertirse en Distrito, a este espacio original de comercio, se la designa como Plaza de Armas del Distrito de Vítoc.
La importancia histórica de esta Plaza la constituye el hecho de que en este lugar por primera vez un personaje del mundo occidental, un misionero franciscano, se encuentra con un nativo de la selva central, personaje que en aquel entonces representaba a las diferentes etnias y de la amazonía. Es aquí donde dos mundos se encuentran, es aquí el inicio de una historia común, para bien o para mal, de dos culturas. El monumento en esta Plaza, simboliza ese encuentro.